jueves, abril 08, 2010

Incorregible


Incorregible tu piel, tus ojos
son cicuta divina para mis despojos,
incorregible la voz ¿Con que me llamas?
Esa fiesta desatada donde danzan las estrellas
al ritmo (incorregible) de eterna expansión
que se vuelve tu respiración de melodía.

Incorregible tu nombre,
suena con la contundencia irremediable
del que piensa en ti
(resuenas siempre en mi)
ecos de la hoja que se cae
buscando notas de presencia
irreverente… Incorregible.

Incorregiblemente bailas quieta
en el silencio donde se pierden
tus viajes inconfundibles de mirada,
extraviada a favor de los filamentos que arden
(encerrados, estáticos)
a favor del significado de una frase indomable.

Incorregible te observo
¿Acaso no son mis ojos preparados para la tormenta?
¿Sera quizás un espejismo mi materia?
Incorregible te respondo
que vengo de tus ojos,
de la luz que en tus ojos nace
y se libera para mezclarse con reflejos del éter,
escribiendo en el vacio (línea por rayo de sol)
el claroscuro de mi perfil nocturno,
melancólico (¿O taciturno?).

Incorregible ando naciendo de tu boca,
de tu lengua en sabores escogidos
durante magnificente reacción (diminuta)
de sus movimientos inconfundibles de pluma.

Todo prohibido a la tristeza se vuelve
incorregible cuando llegas, y no es
ni mi vista, ni mi escuchar quien te anuncia
y es solo mi nariz quien adivina tu existencia
(si vienes) en la calle, ese rio seco
de llorar tu ausencia,
en el entonces de no saberte.

Mi cuerpo fraguado a diario para ti
y para tus cimientos de risa,
de bravura ante el océano humano,
para ese murmullo de brisa
y hierba, de amaranto
que soy y cabalga en nubes
de hielo y café.

Incorregible definitivamente, eres como toda la creación
salvaje belleza y armonía.
La ley que define a la naturaleza
duerme intempestiva en los rincones de tu sombra.
Incorregible: No podrías llamarte diferente. 

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